La competencia incansable de prácticamente todas las armadoras por ofrecer una SUV mediana atractiva en algún aspecto en particular ha generado que la prensa especializada –y argumentativamente el público también– nos fijemos en detalles irrelevantes de orden tecnológico, estético y de desempeño que en varias ocasiones nos desvían la atención sobre si un modelo más allá de que nos guste o no, funciona y cumple su propósito… o no.
Subaru ha logrado construir un producto que conjuga la certeza de tener un producto funcional y de gran desempeño con la galantería de decenas de gadgets para entretener y asistir hacia una conducción más segura.
Naturalmente, la Subaru Outback tiene detalles que representan áreas para posibles mejoras en sus próximas versiones (ver más adelante), sin embargo, al manejar esta semana el más reciente ejemplar de un modelo que tiene más de 20 años en el mercado global, me dio la oportunidad de ver la ejecución increíble de un producto inteligente, atractivo y mucho más importante, de extrema confianza.
El primer aspecto que debo resaltar al escribir sobre esta SUV es el sorprendente consumo de combustible con el que se ampara. A pesar de contar con un vigoroso motor Boxer de seis cilindros y 3.6 litros que es capaz de expulsar 256 caballos de fuerza, tiene un rendimiento bastante eficiente en ciudad y carretera –nuestro registro indicó promedio de 13.2 kilómetros recorridos por cada litro consumido-.
Hablar de ahorro en gasolina en un vehículo de esta naturaleza se ha convertido en algo insólito por los resultados demostrados por otros miembros de este segmento, pero al ver lo hecho por la Outback me hace considerar si no es que el resto está haciendo algo mal al desarrollar sus vehículos. Y es que éstos a pesar de instalar diversa clase de Transmisiones Continuamente Variables restan potencia y además fallan en su intento de hacer eficaces los consumos de combustible.
No obstante, la nueva Outback llega a un lugar común frente a su competencia por el pecado mismo de tener este tipo de transmisión. Las aceleraciones para tener una respuesta inmediata en la aceleración de este «wagon crossover» tienen que ser abruptas y poco sensibles al hecho de colocar el pie en el pedal derecho.
Esto mismo, le resta toda posibilidad de diversión a un vehículo cuyo comportamiento en curvas es irreprochable y capaz de generar una sensación de seguridad absoluta.
Estar al interior de esta camioneta, es garantía de encontrar algo que a Subaru le había costado lograr: una identidad propia que combinara lujo, calidad y tecnología que no se encuentra en ninguna otra oferta de su segmento.
Al referirnos a «su segmento» la ubicamos frente a Toyota Rav4, Honda CR-V y Mazda CX-5, sin embargo, su aspecto y carrocería la deberían de colocar en un nicho que sólo este modelo mantiene vivo, el de las wagonetas de alto desempeño con prestaciones todo terreno, por lo cual es un producto que sin necesariamente ser superior a su competencia, sin lugar a dudas resulta algo fuera de lo convencional.
La quinta generación de la Subaru Outback se encuentra disponible al mercado mexicano en cuatro versiones que se dividen en dos opciones motrices, una con motor de cuatro cilindros de 2.5 litros con precios que inician en $432,900 pesos y la versión con mayor equipamiento valorada en $451,900 pesos.
La versión que tuvimos la oportunidad de probar es la mencionada de seis cilindros de la cual se ofrecen cuatro variantes.
3.6R Premium: $526,900 pesos
3.6R Limited: $544,900 pesos
3.6R Limited con sistema de sonido Harman Kardon: $580,900 pesos
3.6R Limited con sistema de sonido Harman Kardon & sistema de navegación: $592,900 pesos
Redacción CarGlobe
Sorry no comment yet.