El Fórmula 1 de calle llegó e hizo su arribo para festejar los 50 años de AMG, la división de altas prestaciones de Mercedes-Benz y responsable total del desarrollo del Porject One.
Cuando Mercedes dice que es un auto de Fórmula 1 para la calle no está bromeando, de verdad extirpó las entrañas del monoplaza más dominante de las últimas tres temporadas y lo puso en un auto legal para rodar todos los días de camino al trabajo. Sería increíble llegar a Car Globe en él.
Debajo de la carrocería, de fibra de carbono, encontramos un motor V6 1.6 litros turbocargado, como el que usa el auto de F1 (pero este limitado a 11,000 rpm), que genera 680 caballos de fuerza. Este propulsor se acompaña de otros cuatro eléctricos, uno para el turbocargador (mantiene las aspas girando para evitar el turbolag cuando se desacelera y se vuelve a acelerar de golpe o bien, cuando arrancamos de cero), otro acoplado en el motor en la zona del cigüeñal y dos más para las ruedas delanteras, lo que lo convierte en un vehículo de tracción integral.
En total el conjunto producirá más de 1000 caballos de fuerza y podrá acelerar de 0 a 200 km/h en 6.0 segundos.
La firma anuncia que el sistema de recuperación de la frenada puede regenerar alrededor de 80% de la energía del frenado, misma que alimenta un paquete de baterías colocadas debajo del habitáculo, que son más grandes que las empleadas por el monoplaza de F1.
Estos acumuladores pueden mover por sí sólo al vehículo al rededor de 25 kilómetros, aunque no se anunció la velocidad máxima en modo sólo eléctrico.
La suspensión es push-rod, igual que el auto de la máxima categoría y por la distancia del vehículo con el piso, los amortiguadores están acostados en la parte superior, no como en un modelo convencional que vienen verticales.
Los neumáticos son Michelin Pilot Sport Cup 2, 285/35 ZR 19 (adelante) y 325/30 ZR20 (atrás), desarrollados por la firma francesa específicamente para este vehículo, montada sobre rines de aluminio con un aro de fibra de carbono para reducir la turbulencia dentro de los aros. Detrás de ellos se ocultan unos discos de freno carboncerámicos.
El exterior es una obra de arte aerodinámica, con enormes entradas de aire frontales, un habitáculo que nos recuerda a los autos de resistencia de finales de los 90. En la parte superior de la cabina se encuentra una toma de aire, que alimenta al motor, y de ella se desprende una aleta de tiburón, que dirige mejor el aire hacia el alerón trasero desplegable.
Detrás el enorme difusor es interrumpido por un escape central que nos brinda una imagen trasera muy limpia.
El habitáculo debe ser uno de los más impresionantes de los últimos años, limpio e inspirado totalmente en la máxima categoría. El volante rectangular tiene varios botones para modificar los modos de manejo y otros controles como el audio.
En la parte frontal del volante encontramos una pantalla multimedia montada sobre la columna de la dirección, muy al estilo de la del Clase S, que se acompaña del lado derecho por otra similar para el sistema de infoentretenimiento e información del vehículo. El retrovisor viene en la parte superior y al parecer es una pantalla que mediante una cámara trasera nos mostrará lo que tenemos detrás.
Los asientos van prácticamente pegados en el piso y están forrados en alcántara para ofrecer una sujeción correcta al cuerpo cuando tenemos un manejo deportivo. Las puertas tienen unos tiradores de cuero, para abrirlas y dales un look más apegado al de un auto de competencia.
Aun no hay fecha de llegada al mercado, pero se sabe que su producción será muy limitada, tal y como mandan los cánones de este tipo de vehículos, que desde hoy es un clásico del mundo motor.
Redacción CarGlobe
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