Existen pocas marcas como Porsche, que es capaz de mejorar lo que parece inmejorable. El 911 es su icono y es el deportivo que más tiempo ha estado en producción, así que la llegada de una nueva generación debe ser un acontecimiento único, pues estamos ante una nueva obra de arte de la ingeniería, tal y como sucede con el 911 2020.
La octava generación del Nueve Once llegó para mostrarnos cómo no se necesitan grandes alardes estéticos y cambios radicales, para tener un auto totalmente nuevo.
Visto por fuera lo que más llama la atención es la parte trasera, que estrena calaveras (más delgadas) y el nombre Porsche resaltado en la parte central, acompañado en la parte superior por una barra de LED, la tipografía de 911 también cambió, mientras que la del nombre Carrera también tuvo algunos cambios, aunque mantiene la esencia de manuscrita de toda la historia.
También las entradas de aire del motor, colocadas entre el medallón y la tapa del motor, nos recuerda a los Porsche del pasado, en incluso un poco al Vocho. Todo el diseño de este auto es un homenaje a la primera generación del 911, que en 1963 se presentó en el Salón de Frankfurt como 901.
Si lo vemos de lateral o de frente, los cambios son prácticamente imperceptibles a primera vista, pero siempre encontramos detalles más afinados, líneas un poco más rectas e incluso una parte frontal más afilada, pequeños detalles que mantienen la esencia de este modelo, mientras refrescan su imagen.
“California es el escenario ideal para lanzar el nuevo 911. Este estado ha sido durante décadas la segunda casa de Porsche”, afirmó Oliver Blume, presidente del Consejo Directivo de Porsche AG.
“La octava generación del 911 es aún más potente, emocional y eficiente que la anterior y, además, viene con una oferta completa de características digitales. Pero, por encima de todas las innovaciones, el 911 sigue siendo lo que siempre fue: un deportivo puro y el corazón de Porsche, nuestro icono.”
El 911 Carrera S es impulsado por un motor de seis cilindros boxer 3.0 litros, turbocargado, que genera 443 caballos de fuerza y 390 libras-pie de torque, acoplado a una nueva transmisión automática de doble embrague PDK y ocho velocidades, que envía el poder al eje trasero.
Con ello, la aceleración de 0 a 100 km/h se consigue en 3.3 segundos (con el paquete Sport Chrono) y tiene una velocidad máxima de 307 km/h.
Pero sí aún así sigues buscando grandes cambios, es momento de ir al interior, donde prácticamente no quedó ningún plástico de la anterior generación y por ello encontramos una nueva pantalla multimedia de 10.9 pulgadas, obviamente con toda la conectividad posible, debajo de ella encontramos unos interruptores que emulan los de un avión, que se replican en los que controlan el aire acondicionado.
Llama la atención cómo la palanca de velocidades se ha convertido en un pequeño elemento, que prácticamente se convirtió en un selector de posición de la transmisión.
El tablero es 90% digital, presentándonos cinco pantallas, que mantienen el patrón circular del tablero Porsche de toda la vida, mientras que el tacómetro se mantiene análogo y en la posición más predominante del tablero, como un icono de que es lo único que necesita el conductor para saber en qué momento debe realizar el cambio y sacar la máxima diversión a su auto.
La octava generación del Porsche 911 2020 llegará al mercado mexicano en el segundo trimestre del próximo año con un precio por definir.
Redacción CarGlobe
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