El Porsche 917 fue el primer gran bólido de la firma en las carreras de resistencia. En 1970 y 1971 no hubo auto de carreras que le hiciera frente a los bólidos de la casa de Stuttgart, que no sólo ganaron dos veces consecutivas las 24 Horas de Le Mans, también fueron bicampeones del Mundial de Resistencia, con Pedro Rodríguez al volante.

El legado e importancia del 917 en la historia de Porsche es innegable, así que imagina que todos los días pudieras ir al trabajo o bien salir en una cita con tu esposa a bordo de una de estas máquinas.

Pues el piloto aficionado monegasco, y suponemos que súper millonario, Claudio Roddaro tiene la fortuna de poder recorrer las calles de Mónaco a bordo de su 917K, gracias aun titánico esfuerzo realizado para que el Principado le expidiera una matrícula de circulación.

Roddaro compró este 917 en 2016, pero no fue hasta mediados de la década pasada que el auto fue completado por el especialista Carl Thompson, de Gunnar Racing. El bólido porta el número de chasis 037, que fue adquirido a finales de los setenta por el carrocero alemán Baur, pero nunca lo terminaron, así que cuando fue adquirido por un coleccionista estadunidense, se lo mandó a Thompson para que terminara la obra.

Utilizando planos y piezas de Porsche, este es el 917 más original que existe, pues ninguna de sus partes ha sido reemplazada puesto que nunca corrió una competencia oficial ni se dañó. Pero eso no basta para poder hacerlo legal para rodar en la calle, ya que es un auto de pista.

Sin embargo, Roddaro sabía que anteriormente dos 917 se habían podido matricular y utilizó ello para lograrlo.

El primero fue el que portaba el número chasis 021, aunque duró poco tiempo, mientras que el segundo, con el número 030, perteneció al noble italiano Rossi de Montelera, quien fue autor intelectual del vínculo de patrocinio entre Martini y Porsche. El auto de Montelera se ha mantenido varias décadas legal para la calle, prácticamente desde que dejó las carreras a inicios de los años setenta.

Así que Roddaro demostró que su 917K es idéntico al del chasis 030 y con ello consiguió su matrícula, misma que hoy presume el poder de este prototipo impulsado por un motor de 12 cilindros bóxer que genera 600 caballos de fuerza y pesa apenas 600 kilogramos.

Claudio Roddaro es la envidia de todos los que amamos los Porsche de carrera y quisiéramos disfrutar de su sonido todos los días de camino al trabajo.