Después de millones de años colaborando para crear autos de alto desempeño vendidos como ediciones limitadas, equipo deportivo y autos de competición, la firma sueca, Volvo, finalmente decide hacerse de Polestar quien se ha encargado de darle emoción y competitividad a la marca sueca en el campeonato sueco de turismos desde la prehistoria (eso es mucho tiempo), obteniendo así mucho de lo que podemos ver en los autos especiales como el hermoso C30 Polestar Performance Concept que nunca se comercializó, caso contrario de los S60 y V60 también en ediciones especiales. Con este “deal”, los trabajadores de Polestar se vuelven propiedad de Volvo, con la misión de comenzar a construir más versiones deportivas, para llegar a la meta de 1,500 unidades vendidas a corto plazo, mientras que la meta a mediano plazo es incrementar el número de modelos con equipamiento Polestar que puedan competir con rivales premium de altos vuelos y de apellidos cortos como “M”, “AMG”, “RS”, “SRT”, etc. Ya era hora…