Pensamos que iba a tardar más, pero la nueva generación del Chevrolet Corvette ZR1 llegó hecha una bala al mercado mexicano para presumir que es el Corvette más avanzado y capaz de los 75 años de historia del biplaza estadunidense.
La afilada silueta del actual Corvette sirvió para que los diseñadores de Chevrolet se dieran un festín creando un vehículo que visualmente te atrapa, no hay forma de quitarle los ojos de encima y comenzar a recorrer la carrocería descubriendo detalles en todo el conjunto.
Para México se ofrecerá únicamente con el enorme alerón trasero de fibra de carbono, que está derivado del C7.R que compite en distintos campeonatos de resistencia y que al igual que el de su hermano de competencia, viene anclado del chasis.
En total, el conjunto de alerones y spoilers 430 kilogramos de downforce, lo que nos habla del gran trabajo aerodinámico que se realizó en este vehículo, que no sólo necesita mucho sustento para poder ser el rey de las pistas de carreras, también requiere de 13 radiadores para enfriar partes tan vitales como el motor, la transmisión y el diferencial, entre otros.
Debajo del cofre encontramos un motor V8 6.2 litros que genera 755 caballos de fuerza y 715 libras-pie de torque, acoplado a una caja automática de ocho cambios o bien, una manual de siete velocidades, ambas empujando al eje trasero (y colocadas allá atrás para contribuir a la repartición de pesos).
Con ello este ZR1 acelera de 0 a 100 km/h en 2.85 segundos y no se detiene hasta llegar a los 341 kilómetros por hora montado sobre neumáticos de alto desempeño Michelin Pilot Sport Cup 2, desarrolladas específicamente por la firma francesa para este súper deportivo.
El bastidor y la suspensión fuero retocadas, tomando como base las del auto de competencia y se agregó un sistema de amortiguadores magnéticos, que escanean el estado del piso y el modo de manejo para ajustarse en milisegundos.
El Centro Dinámico Pegaso puede que no sea el mejor lugar para probar esta bestia, se necesita una pista más larga, pero si es un buen sinodal para conocer sus modos y cuánto refinó su manejo.
El interior es muy parecido al del modelo normal, pero acá tenemos partes de fibra de carbono en el volante y unos asientos con más y mejor soporte lateral para el cuerpo.
Queremos arrancar a fondo ya, pero primero hay que acomodarnos bien en el puesto de manejo, para entonces sí, abrochar el cinturón, poner la caja en drive y comenzar a disfrutar de la fiera. El sonido del motor es ronco, seco y emocionante, llena la cabina apenas mueves el acelerador y empieza a empujar de muy buena manera.
Tras una vuelta de reconocimiento es momento de ir un poco más rápido. La aceleración es contundente, es prácticamente inmediata y en pocos metros ya te tiene viajando a alta velocidad. El sonido del motor sigue enamorando, mientras que el volante nos recuerda que el asfalto tiene algunas imperfecciones, así que debemos tomarlo fuerte.
La primera zona de curvas llega muy rápido con una pequeña chicana que se puede tomar a buena velocidad, acelerando progresivo para evitar perder la cola. Luego un par de curvas rápidas donde sólo hay que levantar el pie del acelerador para bajar un poco la velocidad antes de llegar a los lavaderos.
Sorprende lo bien que va el auto, lo dócil que puede ser, lo bien que te cuenta qué está pasando en cada eje, pero sobre todo, la forma en la que frena y apunta en las curvas, incluso perdonándonos cuando empezamos a acelerar antes de salir por completo de la curva, algo que el modelo anterior nos hubiera reclamado al menos, con un rechinar de las llantas.
El nivel de refinamiento en el manejo de este auto sorprende, ha aprendido buenos modales y elevó su nivel quedando muy cerca de cualquier súper deportivo alemán, pero sin perder el toque tosco que tienen los deportivos americanos. Una gran combinación.
Para los más apasionados del alto desempeño, el sistema de infoentretenimiento cuenta con un programa llamado Performance Data Recorder, que toma datos de telemetría del motor, tiempos de vuelta, trazado GPS del circuito, grabación de video con la cámara frontal del auto y de audio al interior del habitáculo, así como algunos tips para mejorar nuestro manejo en la pista de carreras.
Del lado de la seguridad encontramos frenos carboncerámicos de alto desempeño, perforados y ventilados, bolsas de aire frontales y laterales, controles de tracción y estabilidad, tres modos de manejo (Normal, Pista y Sport), así como aceros de alta resistencia para proteger a los ocupantes del habitáculo.
Este vehículo ya está disponible en México con un precio de 2,729,900 pesos, y las primeras 10 unidades vendidas llegarán como edición especial Sebring Orange, que además de la pintura naranja contará con insertos de fibra de carbono y detalles dorados en el habitáculo.
Redacción CarGlobe
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