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Redacción CarGlobe

GMC Sierra Denali 2019, la pick up con fibra de carbono

Este 2018 ha sido un año épico para el mundo de las SUV y en apenas 60 días hemos conocido las nuevas generaciones de las Chevrolet Cheyenne, Ram 1500, Ford Ranger y ahora es el turno de la GMC Sierra.

La prima hermana de la Cheyenne ha tratado de distanciarse más de la pick up de Chevrolet, no sólo por equipamiento, si no también por tecnología y por ello el interior de la cama de la caja está fabricado en fibra de carbono, ahorrando 28 kilogramos respecto al de metal y evitando que haya corrosión como en el metal.

Toda la zona de la batea, llamada CarbonPro Box, está construida con diferentes materiales como Aluminio, acero para las zonas exteriores, compuestos de fibra de vidrio, fibra de carbono y molduras de plástico.

La fibra de carbono ofrece un grado de resistencia mayor al del acero, al tiempo que evita tener que colocar un recubrimiento protector en la zona de la batea, sin olvidar que se ve espectacular en cualquier parte de un auto.

La tapa de la caja tiene ahora seis configuraciones diferentes y una pequeña compuerta que le dan hasta seis configuraciones diferentes ya sea para poder extender la capacidad de carga, tener un acceso más sencillo o incluso, convertirse en un gran escalón o un escritorio de trabajo.

Del lado estético nos encontramos con un vehículo sólido y muy atractivo, empezando con el frente que mantiene una enorme parrilla cromada con las letras GMC en rojo, pero al igual que en Cheyenne, los faros se han reducido su tamaño y ahora cuentan con luces diurnas de LED en forma de C.

En la fascia las carcazas de los dos enormes faros de niebla dan cabida también a los túneles aerodinámicos laterales, que tienen la función de romper un poco la resistencia al viento de este enorme frontal y dirigir mejor el flujo del aire en la zona de las ruedas delanteras.

El lateral y la zona de la caja mantienen esta fuerza y poder con líneas rectas y zonas limpias, que le quitan peso, aunque no tanto como los 163 kilos que los ingenieros de General Motors le quitaron.

Del lado mecánico tendrá nos nuevos motores V8, uno de 5.2 y otro 6.2 litros naturalmente aspirados con tecnología start/stop y una transmisión automática de 10 velocidades.

Pero en estas pick ups lo que importa es el equipamiento y los acabados del interior que tiene años que están muy por encima de los de cualquier sedán ejecutivo. Por ello encontramos tapicerías de cuero, por primera vez la madera no tiene barniz, mientras que el tablero estrena una enorme pantalla para la computadora de viaje y el head up display del parabrisas es de 7 pulgadas.

La consola central parece sacada de un avión y cuenta con un sin fin de botones, interruptores y perillas, además de conexiones USB y de encendedor para mantener al 100 la pila de nuestros gadgets.

Al igual que en la Cadillac XT5, el espejo retrovisor se puede convertir en una pantalla que proyecta la imagen trasera de una cámara, con lo que se mejora la visibilidad trasera hasta 300%, con un ángulo de mayor visión.

GMC afirma que ellos fueron los primeros que trajeron el lujo y sofisticación a estos vehículos con la Sierra Denali hace 17 años y que por ello la nueva generación, que llegará al mercado de Estados Unidos en el otoño, tenía que volver a marcar la vanguardia en el segmento.

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Redacción CarGlobe

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