Si bien la última unidad del Koenigsegg Regera se fabricó en el verano del año pasado, la firma de Christian von Koenigsegg no desaprovechó la oportunidad de construir un último ejemplar con un acabado muy especial: una carrocería hecha de fibra de carbono visible que convierte a este coche en uno mucho más llamativo.

Lo que significa que la superficie de este material no tiene ningún tipo de barniz o recubrimiento que cubra la fibra. La compañía está tan concentrada en el diseño desnudo que incluso eliminó la delgada capa de laca que normalmente cubre el carbono. Esto se logró tras un pulido a mano intensivo, un proceso delicado que el mismo Koenigsegg advierte que un golpe arruinaría la estructura de tejido visible.

El acabado le otorga al Regera una apariencia de grafito más metálico, ya que cada hebra de grafito ahora está completamente expuesta. Koenigsegg señala que el coche ahora está frío al tacto ya que las personas podrán sentir la capa expuesta de fibra de carbono en lugar de una capa aislante de laca.

A pesar de su delicadeza, Koenigsegg asegura que puede soportar todos los elementos meteorológicos, pues sometieron al material a diferentes pruebas exponiéndolo al sol y al calor del verano, así como al frío y a la humedad del invierno.

Además, las muestras se mantuvieron a la intemperie durante varios años y sin que afectaran su apariencia. Como resultado, la compañía se atrevió a dar el paso de fabricar una carrocería completa con este material, así como un juego de rines incluido.

Pese a que no tiene la capa protectora de laca, el coche es mucho menos sensible a las piedras del camino y objetos afilados que rayan la superficie. La falta de material también ayuda al Regera a mantener el peso en el límite, con una reducción de cerca de 20 kilogramos.

“No es raro que un cliente solicite su coche con fibra de carbono visible. Es un material hermoso desde una perspectiva visual y a nuestros clientes les encanta mostrar de qué está hecho el vehículo”, comenta Koenigsegg.