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Redacción CarGlobe

#CrónicaDeViaje Ford Edge y Explorer en Hidalgo

En esta ocasión hemos hecho un ejercicio de redacción sobre una experiencia automotriz un poco distinto, así como lo fue la aventura misma que vivimos en el evento.

Del 24 al 25 de septiembre estuvimos probando un par de SUVs que si bien representan unas de las más recientes renovaciones en el catálogo de Ford, son considerablemente dos productos que toda la prensa especializada conocía por su presentación a inicios de este año.

La experiencia con las Ford EDGE y Ford Explorer inició con la cita de periodistas en un punto de Paseo de la Reforma que no sólo incluyó a «los que le hacemos a lo de los coches», sino que también fueron invitados especialistas en la industria del estilo de vida y de los «consejos» al consumidor para emprender el viaje a diversos puntos del estado de Hidalgo.

Normalmente, este tipo de mezclas entre miembros del gremio da una buena convivencia que refresca los rostros de los periodistas de la fuente y que permite a las marcas que los productos sean publicados en espacios en los que normalmente el lector buscaría información sobre cuáles son los colores más in para el otoño o bien, qué refrigerador me permite gastar menos luz con lo hielos más fríos del mercado.

Sin embargo, esta unión de mercenarios de la letra sirvió como el pretexto perfecto para que un grupo de irresponsables de la conducción que organizaron la logística de manejo, tuviera el argumento de manejar a ritmos de velocidad que más allá de ser lentos, eran desesperantes, debido a que la prensa no especializada con los vehículos no podría mantener el tipo de pericias al volante que se supone los «expertos» en autos tenemos.

Esto privó un poco la experiencia de manejo en carretera que tuvimos con la Ford EDGE, (motor V6 de 3.5 litros que genera 280 caballos de potencia y 250 libras-pie de torque). En esta SUV, nos llamó la atención a mi compañero de conducción -un asalariado de la crítica automotriz como yo- el hecho que en todos los terrenos en los que la pusimos a prueba, la sensación de manejo siempre se mantuvo fiel a la de sentir que estábamos en un vehículo de corte deportivo con un centro de gravedad elevado pero con una excelente adherencia al suelo sin importar si recorríamos la autopista o los campos de maíz del estado de Hidalgo.

Independientemente, de que a la Ford Edge le conservo un aprecio singular al ser la causa de uno de mis primeros viajes internacionales en este business para la presentación de su segunda generación en Dearborn, Michigan; me llamó la atención a primera instancia el habitáculo de esta SUV que brinda la sensación de estar a bordo de un vehículo perteneciente al segmento premium con plataformas tecnológicas que más allá de hacer que las bocinas suenen perrón, ayudan a que conservemos el carril, el vehículo detecte si nuestro patrón de manejo es indicador de que estamos cansados y obviamente, esté completamente equipado para disminuir el impacto en cualquier tipo de accidente.

Tal fue el caso en el segundo día de actividades, cuando mi compañero con el que me turnaba el manejo de las camionetas inició la conducción hacia un campo donde volaríamos en globos aerostáticos.

Como lo dicta la naturaleza de esta actividad, tuvimos que madrugar a las 5 de la mañana para conducir por caminos similares a los que aparecen en películas donde se muestra la superficie lunar y que sirvieron para probar que a pesar de los enormes baches que se apoderan de la carretera rural de Pachuca a Apulco, la Ford EDGE, tiene una suspensión de extrema resistencia que nunca nos sacó de la zona de confort e incluso me conservó dormido como naturalmente lo pedía mi cuerpo.

El caso de Explorer fue más sorprendente aún, ya que a pesar de contar con motor V6 de 3.5 litros y con un desarrollo que le permite generar hasta 290 caballos de potencia, se siente un vehículo liviano, ágil y extremadamente responsivo en situaciones de rebases súbitos.

Ambas SUVs están acopladas con la transmisión automática de ocho velocidades que desarrolla la compañía. Esto es notable cuando notamos que en uno de los pocos defectos que encontramos en estos productos es el hecho que los cambios se realizan a un índice de revoluciones muy alto, poniendo en duda si esto no va en detrimento del ahorro de combustible.

Un aspecto que llama la atención y es evidente de alto orgullo para ambas camionetas es el trabajo de los interiores, ya que han sido instalados materiales de excelente calidad. El sistema de infoentretenimiento incluye las más reciente actualización de la plataforma SYNC de Ford y más importante, brinda una experiencia de confort que es inclusive superior a la de modelos de un rango más alto.

Ambas camionetas se encuentran ya disponibles en el mercado mexicano con un rango de precios en el modelo Edge de $478,000 a $593,000 pesos, mientras que la Ford Explorer se cotiza desde $552,000 hasta los $713,700 pesos.

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Redacción CarGlobe

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