DETROIT.- Para Nissan, el futuro de la movilidad se reduce en dos palabras: eléctrica y autónoma, bajo la filosofía de cero emisiones y cero fatalidades, conceptos que quedaron perfectamente definidos en los dos concept cars con carácter propio que presentaron durante el auto show de Detroit: el Nissan IMs y el Infiniti QX Inspiration.
Uno de los puntos de partida para el diseño de estas dos ejecuciones futuristas fue la posibilidad de contar con un piso plano en el habitáculo, sin túneles de transmisión y otros elementos que interrumpieran la fluidez y libertad del diseño, una característica que las plataformas de vehículos eléctricos permiten gracias a que las baterías se pueden ocultar a lo largo del piso, y en donde las dimensiones reducidas del volante en el puesto de mando, dejan en claro que el control del vehículo por parte del conductor será opcional.
Se trata de una plataforma con un tren motriz que monta dos propulsores eléctricos, uno en cada eje, alimentados por un paquete de baterías de 115 kWh, que en conjunto, además de ser tracción integral, entregan una potencia total de 490 caballos de fuerza y 590 lb.-pie de torque, con una autonomía estimada de más de 611 kilómetros por recarga, según datos de Nissan.
“Aunque estamos diseñando los autos del futuro, no podemos ignorar otros elementos que integran la parte exterior de la carrocería y que son fundamentales para las tecnologías de la conducción autónoma, como las zonas donde se encuentran los sensores, las vistas de las cámaras, entre otros componentes, siempre con la filosofía de crear algo único, que no se parezca a nada antes visto”, explicó Alfonso Albaisa, vicepresidente senior de diseño global para Nissan.
El primer vehículo en aparecer en escena fue el IMs Concept, un sedán de carácter deportivo, según la firma japonesa lo describe, en el que la elegancia, modernidad y el generoso espacio interior, son sus principales atributos.
Su postura deportiva se acentúa con un juego de rines de 22 pulgadas que complementan un techo bajo de vidrio y elegante. El cofre es largo, cuya geometría se extiende hasta la parte frontal donde el característico diseño V-Motion sigue vigente, mientras que en la parte trasera, la calavera corrida con iluminación LED se extiende a lo largo de la cajuela. Las vistas laterales no tienen manijas ni espejos retrovisores y la ausencia del pilar B permitió a los diseñadores que las puertas traseras se fijen en el poste C y lograr una apertura encontrada.
El interior de este concepto es un pase directo a la modernidad, donde se aprecia un volante compacto que, al seleccionar el modo autónomo, se retrae hasta la superficie del tablero para que el conductor viaje más cómodo; abunda la instrumentación digital y las pantallas, así como una curiosa solución para los asientos traseros llamada pemier seat, que convierte la segunda fila en un cómodo sillón, plegando las dos plazas laterales.
El apartado tecnológico se completa con una solución denominada Invisible-to-Visible, que emplea la realidad aumentada para mostrar al conductor cosas que de otro modo no podría ver, como información de tráfico en tiempo real e incluso poner a un pasajero virtual en el automóvil para acompañar al conductor. Además, al sistema puede monitorear las expresiones faciales y la postura del cuerpo del conductor y detener el automóvil de forma segura si queda incapacitado.
“Combinamos ese sentido de futurismo con la cultura japonesa y que, al acomodarnos en el habitáculo, inmediatamente se sienta la tecnología y el gran espacio interior; en el Nissan el diseño es más matemático, los trazos tienen una lógica que no se pierde”, explicó el diseñador.
En el caso del Infiniti QX Inspiration, el diseño está más orientado al ADN japonés, con un sentido artístico, atención al detalle, pero con un sentido ambicioso, y fue esculpido inspirado en el origami, técnica japonesa que consiste en doblar papel para crear figuras artísticas, es decir, con superficies limpias y sencillas pero únicas, y esto se ve reflejado en los bordes angulados de la carrocería.
Su aspecto es robusto, con ese conjunto de líneas más marcadas y afiladas en zonas específicas como en los estilizados faros o en las pequeñas protuberancias que guardan cámaras en vez de los tradicionales espejos retrovisores y, algo que parece está empezando a llegar a los coches de serie y que podría mantenerse en esos futuros modelos de calle.
De nueva cuenta el interior, construido a mano con técnicas tradicionales y empleando materiales naturales como maderas y mármol, ofrece un entorno más espacioso y un ambiente acogedor, esto debido, como en el Nissan IMs, al piso plano del vehículo que permite una mayor flexibilidad al momento de personalizarlo.
El tablero se ha simplificado al mínimo con la instalación de una enorme pantalla que funge de panel de instrumentos, complementada con un volante rectangular forrado en piel blanca y marrón, que integra un segundo display al centro.
Todo el interior está pensado para transmitir hospitalidad, y eso se percibe desde el instante en el que se abren las puertas y se proyecta una luz a la entrada del habitáculo, sobre el suelo, como una especie de alfombra luminosa que da la bienvenida, además, los asientos delanteros giran 30 grados hacia afuera para facilitar la entrada y salida.
“Nosotros estamos usando la palabra “ma”, que en Japón se refiere a espacios que no están saturados de elementos, limpios, y que los que permanecen tienen un poder y un significado de estar ahí, y tanto el concepto de Nissan como el de Infiniti tienen esta idea presente”, concluyó Albaisa. Definitivamente la visión que Nissan tiene del futuro es una que nos gustaría experimentar.
Redacción CarGlobe
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