Quizá el Cullinan, el primer SUV de la marca ha ganado mucha popularidad, pero el Phantom sigue siendo el Roll-Royce por definición y el coche predilecto para las personas que el dinero no es problema a la hora de comprar un coche y que además, como es costumbre en la marca, se puede personalizar casi hasta el último detalle. Sin embargo, es posible que se busque algo más de exclusividad que la que puede ofrecer el departamento de personalización de la firma británica. En ese caso el preparador Mansory ofrece ese extra que sólo los más exigentes propietarios de un Rolls-Royce saben que existe.
Ese extra que aporta el preparador alemán se distingue en varios detalles, incluso de exterior, como faldones laterales y fascias más prominentes, rines más grandes y una parrilla con el característico diseño que ahora llega más abajo, alcanzando el final de la fascia. En la parte trasera además se aprecia un pequeño spoiler y una doble salida de escape en los extremos bajos de la fascia.
El conjunto se ofrece en distintas combinaciones de colores de pintura y acabados para hacerlo único, algo que se repite en el interior, con generosas industriales de piel, detalles con diamantes en un exclusivo ambiente que se remata con el habitual sistema de iluminación y efectos de Rolls-Royce, incluido en el techo.
En cuanto a rendimiento, este Phantom es impulsado por el bloque V12 biturbo que fue retocado para entregar 610 caballos de fuerza, potencia que se aleja de los 571 hp originales, el precio de esta creación no ha sido anunciado.
Redacción CarGlobe
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