Las armadoras automotrices de todo el mundo están luchando para desarrollar tecnología de vehículos autónomos en aras de reducir el número de accidentes en las carreteras, sin embargo, un nuevo estudio realizado por la división de investigación y desarrollo de Toyota muestra que la tecnología disponible hoy en día ya está ayudando a reducir en gran medida las colisiones a baja velocidad.

En los últimos 18 meses, Toyota ha estado siguiendo de cerca los accidentes de baja velocidad que afectan a sus modelos Alphard, Vellfire y Prius en Japón. El estudio incluyó unos 63.000 vehículos, de los cuales unos 26.000 estaban equipados con el sistema inteligente Sonar de Toyota, que puede aplicar automáticamente los frenos si se detecta un choque inminente, incluso si el conductor todavía tiene el pie en el acelerador.

Según los datos, los choques de reversa (como en maniobras de estacionamiento) se vieron reducidos en un 40 por ciento cuando un vehículo estaba equipado con el sistema ICS. Los accidentes relacionados con la aplicación incorrecta de los pedales de freno y aceleración tuvieron un descenso aún mayor, con los accidentes cayendo un 70 por ciento para los vehículos con ICS.

Otras tecnologías como la detección de tráfico cruzado también están ayudando a reducir los accidentes de estacionamiento. Aunque las colisiones a baja velocidad tienen una probabilidad mucho menos probable de lesiones que los accidentes de mayor velocidad, todavía pueden producir facturas de reparaciones y la complicación de lidiar con las compañías de seguros.