Generalmente, las críticas hacia los motores turbo hacen creer que lo único que aporta la tecnología son los bajos consumos de combustible; muchos afirman que hay más peros que cosas a favor como que se pierde parte de la esencia de los motores, que son máquinas muy delicadas y el temido retraso de la entrada de la turbina. Y aunque estas aseveraciones son debatibles, se convierte en una discusión muy tediosa.
Potencia y torque son los argumentos definitivos. Un buen motor turbo debe entregar potencia sin que la capacidad cúbica de un motor cuente. El 1.4L turbo del Cruze de Chevrolet no sorprende en el caso de la potencia con 153 caballos de fuerza ya que se colocan en la media del segmento y las 177 libras pie de torque también. Esperen un momento, 153 caballos de un motor de 1.4 L significa más de ¡100 caballos de fuerza por litro de cilindrada!
Es una gran cifra y el motor turbo de Chevrolet se siente muy bien acoplado a la caja automática de seis velocidades a la que está acoplada. Es cierto que el Cruze no destaca por una actitud deportiva pero lo cierto es que el auto se mueve muy bien y a diferencia de otros motores que no son turbo en la Ciudad de México se nota un cambio radical. Quiero reivindicar que soy el más fiel admirador de los motores turbo, creo que todas las motorizaciones de todos los modelos de todas las marcas deberían estar sobrealimentadas. Por suerte para mí es una tendencia clara en la industria debido a la posibilidad de disminuir significativamente el consumo de combustible.
En el apartado del consumo el Cruze de Chevrolet me da toda la razón. El consumo es muy bueno,tuve el auto una semana y procuré que mi pie derecho rozara la alfombra debajo del pedal del acelerador casi todo el tiempo. Resultado, sólo consumió medio tanque. Es cierto también que no hice recorridos muy largos y que en algunas ocasiones enfrente el temible tráfico de la metrópoli.
Una de las ayudas para el consumo de combustible con las que cuenta el Cruze es el sistema Start/Stop; se trata de un sistema electrónico que apaga el motor cada vez que nos detenemos, sin duda muy enfocado al bajo consumo de combustible.
Siguiendo con la dinámica del Cruze, el auto se comparta bien en términos generales con una dirección más enfocada al confort que a la precisión. Aunque no tiene pretensiones deportivas el auto se comporta de manera excelente en las curvas, con poca tendencia a perder el agarre en el eje trasero y una tendencia progresiva a perder adherencia del frente. Al ser progresivo es muy fácil corregir.
Me sorprendió el nivel de equipamiento con el que cuenta el auto. Si bien no es un auto barato, el nivel de precio comparado con el nivel de equipo me parece adecuado, aunque siempre podría ser menor. La unidad de prueba tenía quemacocos, sensores de reversa, asientos de piel, pantalla táctil, luces led, cámara de reversa, un gran sistema de audio firmado por Bosé, control de audio al volante, computadora de viaje y entre otros.
Exteriormente es un auto que deja entrever una actitud juvenil con unas líneas atractivas a la vista. Es un producto bien equilibrado que tiene un moto delicioso que puede ahorrar combustible como si se tratara de un auto económico.
Redacción CarGlobe
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