Hace 110 años Ettore Bugatti era un brillante ingeniero italiano que trabajaba para la Gasmotoren-Fabrik Deutz AG, en Colonia, Alemania, pero tenía la inquietud de crear un auto bajo sus especificaciones y bajo su total control, así que en 1908 se puso a trabajar con su equipo en la creación del Type 10.
La pasión de los fabricantes de autos por las carreras era latente, todos querían tener el mejor vehículo y sumar victorias que le dieran renombre a su marca. Así que Ettore creó un biplaza revolucionario, un auto como nunca se había visto y que sirvió de base para lo que se vería en las pistas de carrera la siguiente década.
El Type 10 fue presentado en 1909 y en ese momento, como Bugatti trabajaba en Deutz no pudo ponerle su apellido, aun así, es considerado el primer Bugatti de la historia.
A diferencia de los modelos de esa época, éste sólo pesaba 365 kilogramos y era impulsado por un pequeño motor (comparado con los monstruos de la época) de cuatro cilindros 1.2 litros, lo que lo hacía compacto, ligero y muy ágil, aquí la forma seguía a la función, como en los autos de competencia de la actualidad.
El propulsor generaba 10 caballos de fuerza y tenía una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, pero recordemos que su tamaño compacto y bajo peso, eran sus armas más poderosas.
Los avances técnicos de este vehículo comenzaban con un motor que tenía un árbol de levas a la cabeza, con dos válvulas por cilindro, este árbol se conectaba al cigüeñal mediante un eje vertical.
El movimiento del cigüeñal a su ves, se transfería al eje trasero por medio de un embrague multidisco y un eje de transmisión (una innovación en una época donde este trabajo era realizado por una cadena, como en una motocicleta).
La suspensión de muelles absorbía las imperfecciones del piso, mientras que el sistema de frenos funcionaba con cables y el radiador ocupaba toda la parte frontal de vehículo, una solución técnica que todos los demás fabricantes adoptarían en el corto plazo.
El piloto francés Louis Blériot probó el Type 10 y convenció a Bugatti de que lo produjera en serie, por lo que Ettore buscó un crédito bancario y el 1 de enero de 1910 firmó el contrato de arrendamiento de su fábrica en Molsheim, Francia, donde hoy se mantiene afincada la firma.
Redacción CarGlobe
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