Los verdaderos entusiastas de los autos disfrutan ponerle las manos encima a sus autos para lavarlos. 

Es muy nostálgica la experiencia de sobar el auto con un buen trapito y poner atención a cada detalle -cosa que no pasa cuando lo llevas a algún autolavado– para que tu nave luzca como salida de la agencia.

Sin embargo, el sentimiento no es suficiente para que este ritual le sea bueno al coche, pues a veces se cometen algunos errores que sin saberlo están dañando a la pintura de nuestras naves. Es por eso que a continuación te compartimos algunos consejos para que corrijas y le des un buen cuidado a tu auto.

Usar el trapo incorrecto

Usar un trapo o esponja que no es tiene el propósito especifico de lavar el coche puede ser terrible para el auto pues la suciedad y los contaminantes son empujados a lo largo de la superficie durante el lavado. La mejor opción es ir a una tienda de venta de accesorios automotrices y comprar una esponja porosa que evita que los pequeños sedimentos rayen tu coche.

Usar jabón de trastes para lavar el coche

Aunque los jabones de plato pueden ser útiles en ciertas áreas del auto, no están diseñados para mantener la apariencia de un vehículo sobre una base regular. En cambio, los jabones de coches están hechos con el propósito de eliminar la suciedad con la lubricación indicada, dejando la protección de la pintura ilesa. A pesar de que el lavaplatos es considerado como jabón, tienen fines ligeramente diferentes, pues su fórmula es más similar a la de un shampoo que a la de un verdadero aditamento para los autos.

Usar la misma toalla para secar cada parte del auto

Utilizar las mismas herramientas como toallas y trapos en los rines, el motor o el escape dañará rápidamente la pintura y la capa transparente por lo que requerirá un pulimento o incluso un compuesto para eliminar los daños hechos pues cada una es una superficie distinta. El objetivo es mantener accesorios  para la pintura, y otro para los rines.

Usar periódico para lavar ventanas

A pesar de que es una gran herramienta para secar las ventanas de manera efectiva, este proceso es bastante dañino a la superficie del vidrio pues genera pequeñas rayaduras, que aunque al principio son imperceptibles, a largo plazo van opacando la claridad de parabrisas y ventanas.